Nadie como ella

Al final o cerca del final de casi cada cuento de Alice Munro hay que regresar al principio. Un quiebro ha sucedido y la historia ha cambiado de dirección tan bruscamente como si uno hubiera saltado unas páginas y se encontrara leyendo otro cuento; algo queda tan inexplicado que uno vuelve a las primeras páginas en busca de un nombre o de una información clave en la que no reparó; o simplemente uno vuelve al principio por el gusto de leer entera otra vez la historia, por el placer de observar con qué astucia y en cada momento pequeños indicios fueron señalando —para quien prestara la debida atención— que en realidad el cuento era otro cuento, que por debajo de lo dicho discurría un caudal subterráneo que es el rumor que le avisa a uno de que la literatura se escribe callando no menos que contando, y que más allá de lo que vemos y escuchamos y de lo que descubrimos en momentos singulares de lucidez o perspicacia hay cosas que no sabremos nunca, espacios en blanco a los que no llegan el conocimiento ni el recuerdo y que sería fútil rellenar con ficción.

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16 Comments

  1. La Serapia
    Enviado el 08/12/2012 a las 11:43 AM | Enlace permanente

    El libro “La vida de las mujeres” que es el único de Munro que he leído, termina ya como una novela más normal, al principio parece más un libro de cuentos. Lo mismo que se titula “La vida de las mujeres” me parece que podría titular “La vida de los hombres”, o me lo parece a mí o el esbozo que hace de sus vidas es tanto o más restringido por las convenciones sociales que el de las féminas.
    A ver los cuentos qué tal, gracias.

  2. La mirada melancólica
    Enviado el 08/12/2012 a las 11:56 AM | Enlace permanente

    Tengo que agradecer a quien dejó hace unos días un enlace al prólogo de Juan Goytisolo de La Celestina, que he leído esta noche y me ha parecido espléndido.

  3. La mirada melancólica
    Enviado el 08/12/2012 a las 11:58 AM | Enlace permanente

    Me propongo leer esta tarde Demasiada felicidad, que he comprado tras la calurosa recomendación del anfitriomm de hace unos días, máxime cuando vuelve hoy sobre ella.

  4. Pablo el parisino
    Enviado el 08/12/2012 a las 11:59 AM | Enlace permanente

    Excelente artículo, que va a aumentar las ventas de libros de Alice Munro en España, porque da realmente ganas de ponerse a leerla seriamente.

    Creo que hay una errata en el último párrafo: “Ni siquiera son historias con tramas definidas, con principio [y] final.”

    Y hay dos frases que me han hecho dudar: “Eso no quiere decir que Alice Munro capitule a la nostalgia.” ¿No se capitula más bien ante algo? Y en “su escritura, que ahora tiene brevedades lapidarias”, en las dos últimas palabras ¿no hay pleonasmo?

  5. J. Palacios
    Enviado el 08/12/2012 a las 5:46 PM | Enlace permanente

    Si, ¿y qué?

  6. Pablo el parisino
    Enviado el 08/12/2012 a las 6:18 PM | Enlace permanente

    Azar. Después de haber leído esta mañana “Nadie como ella”, esta tarde, mi lumbalgia permitiéndome por fin andar algo más que por el pasillo de mi casa, fui a una de las dos bibliotecas municipales de mi barrio a sacar los 4 libros de Alice Munro que el catálogo en línea decía que tenía. Sólo había 3 y justo al lado se encontraba “Carlota Feinberg”. Un libro de AM (“Runaway”) y uno de AMM (“Sefarade”) estaban prestados.

  7. Carmela
    Enviado el 09/12/2012 a las 12:39 AM | Enlace permanente

    J. Palacios,

    Y qué, ¿qué?

  8. Carmela
    Enviado el 09/12/2012 a las 12:43 AM | Enlace permanente

    La Serapia,

    ¿Te gustó? Ocupa el segundo lugar en mi lista de pendientes, después de “El inocente”, que también han recomendado por aquí.

  9. La Serapia
    Enviado el 09/12/2012 a las 9:38 AM | Enlace permanente

    Carmela, Sí, mucho. Sin adornos y lleno lleno de agudeza inteligente. Lo he leído en trayectos de metro de veinte minutos y se me ha terminado enseguida. Intuyo que no tiene nada que ver con el otro que tienes en la lista, que parece lleno de trama, intriga y mucha acción. El de Munro es como si te pusieses las gafas de la mirada del personaje principal y vivieses detalles cotidianos de la protagonista, con la que he tenido mucha sintonía.
    Me ha gustado sobremanera leer frases de este tipo cuando describe que su madre le estaba arreglando un vestido a otra mujer: “Mi madre estaba sentada de lado en la silla frente a la máquina de coser, mientras Fern giraba como una gran sombrilla medio abierta delante de ella” Una gran sombrilla, no es irresistiblemente sencilla y acertadísima la metáfora? Este tipo de nimiedades me encantan.
    O cuando habla de Jerry, el empollón y torpe de la clase: “Se ofrecía a sí mismo como un chico corriente; haciendo todo lo que haría un chico corriente pero sabiendo que los resultados nunca serían aceptables, que la gente siempre se mofaría. No podía hacer otra cosa; era lo que parecía. Yo, que tenía unos límites naturales mucho más ambiguos y absorbía siempre que podía el color de lo que me rodeaba para camuflarme, empecé a comprender que podía ser un descanso ser como Jerry”
    O cuando habla del chico con el que empieza a tener una relación: “durante el fin de semana él estuvo presente en mi mente como una red de circo extendida por debajo de todos mis pensamientos. La soltaba y caía en ella continuamente (…) las calles por las que él habitualmente conducía aparecieron en mi mente como cables de colores”

  10. FGMorilla
    Enviado el 09/12/2012 a las 11:43 AM | Enlace permanente

    “Y la lectura que piden no es la de la prosa sino la de la poesía: un regreso al principio después del final, una revelación de algo que no se agota porque está en las palabras y un poco más allá de ellas”.
    Como dice con frecuencia el reciente premio Cervantes Caballero Bonald, que las palabras signifiquen más que lo que significan en el diccionario.

  11. FGMorilla
    Enviado el 09/12/2012 a las 12:06 PM | Enlace permanente

    Pablo el parisino,
    “Y hay dos frases que me han hecho dudar: “Eso no quiere decir que Alice Munro capitule a la nostalgia.” ¿No se capitula más bien ante algo? Y en “su escritura, que ahora tiene brevedades lapidarias”, en las dos últimas palabras ¿no hay pleonasmo?”.
    Estoy de acuerdo contigo en el primer caso: se capitula ante o con algo. En el segundo caso, no tanto, pues no todas las brevedades son lapidarias, en el sentido de que merezcan ser esculpidas para recordarlas. Incluso, aunque fuera pleonasmo, sería más un recurso retórico para enfatizar la calidad de los relatos de Munro que un vicio de dicción.

  12. Carmela
    Enviado el 09/12/2012 a las 12:24 PM | Enlace permanente

    La Serapia, muchas gracias. Si hubiese tenido alguna duda me habrías terminado de convencer ;)

  13. albertiyele
    Enviado el 09/12/2012 a las 8:18 PM | Enlace permanente

    Espero que no resulte una insolencia, pero desde que leí el título de la entrada me está rondando la música y la letra de este tango, que me encanta, No habrá ningunaaaaaa iguaaaaal, no habrá ningunaaaaaa:
    http://www.youtube.com/watch?v=I1w0cMHui54

  14. María Regla Pérez
    Enviado el 09/12/2012 a las 9:35 PM | Enlace permanente

    la literatura se escribe callando no menos que contando, y que más allá de lo que vemos y escuchamos y de lo que descubrimos en momentos singulares de lucidez o perspicacia hay cosas que no sabremos nunca

    “Túzenbach
    ¡Hay que ver las pequeñeces, las nimiedades que a veces se adueñan de una vida! ¡Y sin razón aparente! Se ríe uno de ellas, como siempre lo ha hecho, considerándolas como nimiedades, y de pronto se da cuenta de que ya no tiene fuerzas para dominarlas. ¡Pero no hablemos de ello! Me siento a las mil maravillas. Tengo la impresión de que estoy viendo esos abetos, esos arces y esos abedules por primera vez en mi vida. Y me parece que todo me mira a su vez inquisitivamente, como si esperase algo. ¡Qué árboles tan hermosos! Y a decir verdad, ¡qué hermosa debiera ser la vida cuando está uno rodeado de árboles como ésos!”

    Las tres hermanas, Antón Chéjov

    Si se nos preguntase “qué pasa” en cualquiera de ellas [las obras teatrales de Chéjov] nos veríamos en un aprieto. En realidad, al personaje chejoviano le “pasan muchas cosas”, pero en la obra “no pasa casi nada”. Al personaje, sí, le pasan muchas cosas, pero esas cosas son angustias, penas, esperanzas, ilusiones frustradas que, vistas desde fuera, se nos antojan meros achaques de la vida común y corriente, la carga impuesta al ser humano por el hecho de serlo. Ahora bien, ello no quita para que, como sucede en la vida real, tales achaques afecten hondamente a los personajes y a veces alteren de raíz el curso de sus vidas. Pero en la obra, vista en conjunto, apenas ocurre nada pasmoso o sensacional.
    Nota preliminar, Juan López-Morillas

    Contar lo justo es una gran virtud, estamos de acuerdo. Algunas veces también he pensado que nuestro anfitrión escribe callando. No es que silencie lo que debiera contar, no es eso. Es que mide y encuentra las palabras precisas que dan a entender lo que quiere expresar. Al menos, esa es mi percepción.

  15. Enviado el 09/12/2012 a las 9:54 PM | Enlace permanente

    FGMorilla,

    Gracias por las sugerencias. Yo también estoy de acuerdo con la primera.

  16. Jose
    Enviado el 10/12/2012 a las 2:34 PM | Enlace permanente

    Pues yo creo que “capitular a la nostalgia, o ante la nostalgia” son expresiones análogas, e igualmente válidas. La preposición “a” realiza para el caso una función adversativa, señores académicos.